EL PAN NUESTRO DE CADA DIA
El pan es tan viejo como la humanidad. La receta no es ningún secreto:
moler trigo en piedra, echar levadura viva, mojar con agua de manantial, rociar
con sal marina. Amasar y dejar reposar para que “suba”. Meter al horno. Reposar
de nuevo, y listo para comer.
¡Pero esa receta no
funciona para la venta! El pan se “enrancia” fácilmente, le crecen hongos, se
endurece… ¿Solución?: refinar la harina, quitando lo más propenso a
descomposición (germen y afrecho), aumentar la cantidad de sal (yodada,
refinada), y usando levadura industrial (con aluminio).
Hay que agregar unos
pocos ingredientes más: polisorbato 60, almidón, cipe
de soya, dióxido de cloro (Lavansan sirve bien), mantecas animales (puerco es la
mejor). De calcio necesitamos: lactato, bromato, sulfato (yeso), acetato y
yodato. De sodio: estearoil-2-lactilato, fosfato ácido sódico, propionato. De potasio: bromato
y sorbato. Monoglicéridos y diglicéridos, fosfato de amonio, azodicarbonamida,
diacetilo, etileno, glicol propileno, propionato
(anti-enzimas), persulfato (anti-vitaminas), Como en el proceso se pierde
vitaminas naturales del trigo, se añade vitaminas y minerales inorgánicos, ácido láctico, ácido cítrico, hidroxiquinolina-B.
Quizá pueda agregar un poquito de carbonato de calcio (tiza).
Esta corta investigación sobre la materia
puede haber quedado igualmente corta. Pero eso tiene solución en los blogs: agrega,
por favor, cualquier ingrediente importante que pueda estar faltando para la
moderna receta del PAN. Ahí abajo hay espacio, en los comentarios…
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