Entradas

Mostrando las entradas de 2022

Castaño de Indias, gran ayuda para la circulación

Imagen
Tenemos todo un laboratorio en la naturaleza. Una bendición que muchas personas habían echado en el olvido. Afortunadamente, gracias en parte a los nuevos canales de difusión, las redes sociales, se ha vuelto a tomar conciencia de ello, reconociendo que nada puede ser más favorable a nuestra vida que la misma naturaleza, a la cual pertenecemos. Hablamos hoy de un llamativo fruto, el castaño de indias. Sus semillas parecen en efecto castañas, aunque son más aplanadas, y vienen envueltas en una cáscara gruesa, con largas púas o espinas suaves. Si bien se parece mucho al castaño corriente, en realidad no son plantas muy relacionadas; de hecho, el fruto del castaño de indias no es comestible, al contrario, es tóxico. La semilla o castaña, sin embargo, encierra valiosos componentes cuya acción para problemas circulatorios es bien conocida. Las hojas y la corteza también aportan esos principios activos, como flavonoides, escina, esculina y taninos. ( Fotografía: Castaño de Indias. Franzfoto.

Perdidos en las afueras de Buenos Aires (Conversaciones con Carlo Nees)

Imagen
Carlo viajaba ocasionalmente a la Argentina. Siempre regresaba algo transformado, como todo viajero. Pero, esta vez regresó demasiado transformado (aunque a él le parecía que era sólo “idea nuestra”). Después de una tercera jarra en la Cervecería Alemana de Sabana Grande, Carlo nos contó lo que no debíamos repetir: — Anduve de excursión por el sur con Glen, excelente amigo, con excelente Land Rover, bien equipada. —Así comenzó Carlo, y siguiendo con voz más pausada—: Bueno, no lo creerán… Mientras subíamos una empinada carretera, de un instante a otro, comencé a ver el paisaje un tanto extraño; o mejor dicho, totalmente desconocido. Será mi mala memoria, pensé. Pero quedé desconcertado cuando el propio Glen, quien ha ido allí docenas de veces, me dice “Che, ¿dónde estamos?” Nunca lo supimos con claridad.  — Tratando de regresar, tomamos una y otra carretera. A cada “Ye” nos decidíamos por la que que bajase, pues habíamos subido y subido. Nos aventurábamos por atajos. Y acertábamos. ¡Al